miércoles, 14 de agosto de 2013

La hiperactividad cerebral podría explicar las experiencias cercanas a la muerte

Muchas personas que han sufrido un infarto relatan haber visto una luz al final de un túnel.
Muchas personas que han sufrido un infarto relatan haber visto una luz al final de un túnel. | Efe
  • Un estudio muestra que tras un infarto aumenta la actividad cerebral
  • Esto podría explicar las percepciones de algunos pacientes en muerte clínica
¿Qué está detrás de las experiencias cercanas a la muerte? ¿Por qué en situaciones críticas muchas personas relatan haber visto una luz al final de un túnel? Un estudio parece ofrecer más pistas sobre las causas que podrían originar estos recuerdos registrados en hospitales de todo el mundo.
El cerebro humano posee la capacidad para generar estados internos de consciencia durante el sueño, cuando se sufren alucinaciones o cuando se está meditando. Aproximadamente el 20% de los supervivientes a un infarto de miocardio señala haber tenido visiones y percepciones internas durante su muerte clínica. Estas experiencias cercanas a la muerte se dan en personas de todo el mundo con diferentes culturas y religiones. Por lo general, las personas las describen como imágenes o sensaciones muy vívidas y lúcidas, totalmente 'reales'.
Para conocer si es el cerebro el que origina estas experiencias y cómo las genera, investigadores de la Universidad de Michigan (EEUU) han llevado a cabo un estudio en ratones en el que han analizado electroencefalogramas de ratas durante un estado de vigilia, en una anestesia general y después de un infarto de miocardio.
"Muchas personas pensaban que el cerebro, cuando está en muerte clínica, está inactivo o hipoactivo, con menos actividad que cuando se está en estado de vigilia, y nosotros hemos demostrado que esto no es así", afirma la doctora Jimo Borjigin, de la Universidad de Michigan y principal autora del estudio cuyos datos han sido publicados en la revista'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).
Lo que estos investigadores han detectado es que el infarto de miocardio estimula una gran actividad eléctrica en el cerebrogenerando conexiones entre diferentes áreas y una gran excitación neuronal. Lo comprobaron en nueve ratones a los que se les realizó un electroencefalograma mientras sufrían un infarto y 30 segundos después del ataque. En ese tiempo, el corazón de los animales dejó de latir y la prueba cerebral detectó un aumento de las ondas cerebrales de alta frecuencia, denominadas oscilaciones gamma.
"Los datos sugieren que el cerebro del mamífero tiene el potencial de procesar niveles elevados de información interna durante la muerte clínica, que son incluso mayores que los que se dan en un estado de vigilia. Lo que ofrece una fuerte evidencia de la fuerza del procesamiento cognitivo en un estado cercano a la muerte", afirman los investigadores en su estudio.
"Esto nos da un borrador para comenzar a explicar las experiencias cercanas a la muerte. El hecho de que estas personas vean una luz quizás indique que la corteza visual en el cerebro es muy activa y tenemos evidencia para sugerir que este podría ser el caso, porque hemos visto un aumento de ondas gamma en el área del cerebro que está en la corteza visual", ha declarado la investigadora a la BBC.
Según Borjigin, el hecho de haber detectado la misma actividad en todas las ratas que sufrieron un infarto debería ser suficiente para realizar futuros estudios en humanos que confirmen estos resultados.
Para el doctor Jason Braithwaite, de la Universidad de Birmingham, esta es "una clara demostración de una idea que venía rondando desde hacía tiempo: que bajo ciertas circunstancias confusas e infrecuentes -como una experiencia cercana a la muerte- el cerebro llega a estar hiperestimulado y excitado".
Este no es el primer estudio que ha intentado encontrar una explicación a estas percepciones que se dan en personas en muerte clínica. Investigaciones previas habían señalado que quizás la falta de oxígenoen el cerebro puede dar lugar a fallos en la visión periférica y generar una percepción de encontrarse en un túnel. También las visiones de espíritus se han relacionado con la disminución de dopamina. No obstante,todavía no hay una teoría contundente y respaldada científicamente sobre cómo se producen estas sensaciones y qué está detrás de ellas. Quizás el nuevo trabajo liderado por Borjigin pueda abrir la vía a nuevos estudios más certeros sobre este tema que desentrañen finalmente el misterio de estos relatos.

lunes, 5 de agosto de 2013

Los españoles siguen la dieta mediterránea, pero 'a medias'

Deita mediterránea
Hay que huir de las dietas milagro. No tienen rigor científico. | EL MUNDO
  • 'Es un error creer que la dieta española es una dieta mediterránea tradicional'
  • La mayoría de los productos milagro incumplen la legislación publicitaria
  • La mejor dieta debe ser moderada, equilibrada y variada
  • Las dietas milagro son mitos inabarcables, sin rigor científico
La dieta que siguen los españoles en la actualidad sólo se adhiere a la mediterránea en menos de un 50%, según ha señalado este martes la profesora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Carmen Cuadrado.
Así lo ha explicado la experta con motivo de la celebración de la jornada 'Verdades y mentiras sobre las dietas de adelgazamiento' que han organizado conjuntamente el Instituto Tomás Pascual para la Nutrición y la Salud, y la Universidad CEU San Pablo de Madrid en las dependencias de esta última.
A su juicio, según señala el Ministerio de Agricultura en su página web, el hábito alimenticio que siguen los españoles tiene una valoración de 4 sobre 9 en cuanto a su adhesión a esta dieta. Por ello, sostiene que "es un error pensar que la dieta española es una dieta mediterráneatradicional".
Además, sostiene que los profesionales sanitarios han "fallado" a la hora de dar el mensaje a la población, ya que se ha obviado en algunas ocasiones que este régimen "es una dieta de combinación de alimentos". En este sentido, Cuadrado explica que el aceite, que es uno de sus elementos principales, "no es nadie por sí sólo", por lo que destaca la importancia "del pan, las legumbres o el tomate".
No obstante, para ella, la mejor dieta es "la que se puede mantener toda la vida", debiendo ser ésta "moderada, equilibrada y variada". Por ello, destierra las denominadas dieta milagro, como es "la de las seis semanas".

Huir de los productos adelgazantes

Otro elemento de debate es el de los productos milagro, los cuales se encuentran en las farmacias y clasifica en "diuréticos, laxantes y quemagrasas". En su opinión, éstos "pueden ser interesantes si son prescritos por un médico para determinadas patologías", pero utilizarlos con fines de adelgazamiento "no es recomendable para la salud".
De cualquier forma, sí reconoce que "algunos pueden ayudar como placebo", pero nunca por sí solos, ya que deben estar acompañados "de un plan de adelgazamiento y de ejercicio". Aunque indica que como farmacéutica debe denunciar este hecho, sostiene que estos profesionales "hacen mucha caja con ellos, ese es el problema".
En la misma línea se muestra el dietista y nutricionista Juan Revenga, que afirma que el mal uso de los productos milagro es "un peligro", y es que, "la mayor parte de ellos incumplen la legislación publicitaria y no tienen que demostrar su eficacia", algo que sí deben hacer los fármacos.

Dietas milagro, sin rigor científico

Ciñéndose a las dietas milagro, el experto manifiesta que éstas son "mitos inabarcables", entre los que encuentra los regímenes por grupos de alimentos, como "el pan, la fruta o el alcohol". Así, expone que éstos "tienen su prospecto", por lo que cada uno tiene "su frecuencia de consumo recomendada".
"Millones de personas están practicando una dieta milagro que carece de rigor científico", como pueden ser la hiperproteica, también conocida como Dukan, o la denominada de la enzima prodigiosa, ha advertido el catedrático de Nutrición de la Universidad CEU San Pablo, Gregorio Varela. Y más con la llegada del verano.
En cuanto a las hiperprotéicas, Revenga sostiene que están "en la cresta de la ola, aunque bajando un poco". Sobre éstas subraya que, además de que provocan "efecto yoyó y estrés metabólico", no hay evidencia científica de que sirvan para adelgazar "a largo plazo", afirmación por la que recomienda no hacer una dieta de adelgazamiento de este tipo "nunca".

Hay que planificar lo que se come

A su parecer, las restricciones de estas dietas desembocan en que se vuelva a la antigua, que es la que ha provocado "la ganancia de peso". Por ello, apuesta por escudriñar qué es lo que ha hecho que se haya llegado al sobrepeso o la obesidad "y plantear estrategias de por vida para que no vuelva a suceder".
De este modo, y aunque asegura que no se ha llegado a un consenso todavía en relación al número de comidas que deben hacerse al día, aconseja a nivel personal que las personas organicen su alimentación diaria". Este hábito "evitará un hambre especial".
Por su parte, Varela indica que las tasas de sobrepeso y obesidad que hay en España hacen que haya "un semáforo en naranja o rojo", y es que, según la Encuesta Nacional de Salud, estos problemas afectan "a un 65% de los hombres adultos, a un 45% de las mujeres y a uno de cada tres niños".
Por ello, y porque hace años "no se llegaba al 10% en los menores", advierte de cuánto puede crecer esta problemática si no se frena. De ahí la importancia del evento, que ha reunido a más de 300 personas para tratar temas como "qué es lo que hace engordar o adelgazar, cómo ven los padres a sus hijos o las barreras actuales para perder peso", explica.
Además, las jornadas también incluyen el problema de "la no socialización actual que se hace con los alimentos". Para Varela, ya no se come en torno a una mesa y "más del 10% de las cenas se hacen en el sofá o delante de una pantalla", lo que hace que las personas se alimenten "sin racionalizar".
Por último, el director de Proyectos del Instituto Tomás Pascual para la Nutrición y la Salud, Alfonso Perote, expone la importancia que tiene "la forma de cocinar". "Ahora el estofado tiene un mínimo de verduras y mucha carne, cuando antes era el revés", concluye como ejemplo.