domingo, 12 de junio de 2011

Con los brotes germinados, ¿caso resuelto?

Una técnico de laboratorio analiza brotes germinados. | Ingo Wanger | EFE

Una técnico de laboratorio analiza brotes germinados. | Ingo Wanger | EFE

  • Varios especialistas españoles analizan los datos ofrecidos por Alemania
  • Los expertos echan en falta la publicación del estudio epidemiológico
  • La investigación debe continuar con la valoración de las medidas tomadas

Los investigadores del Instituto alemán Robert Koch han declarado en rueda de prensa que el estudio epidemiológico muestra que son las semillas germinadas y no los pepinos las que originaron la epidemia en todo el país. Posteriormente, autoridades sanitarias del estado federado Renania del Norte-Westfalia (oeste de Alemania) han confirmado la presencia directa de la bacteria 'E.coli'.

A finales de abril, el Instituto Robert Koch detectó un aumento en el número de afectados por 'E. coli' en el país. Sin embargo, no fue hasta el 26 de mayo, casi un mes después, cuando comunicaron que había un nuevo serotipo O104 que estaba causando estragos entre la población.

¿Por qué se ha tardado tanto en averiguar el origen del brote? ¿Si no había pruebas, por qué se señalaron a los pepinos como culpables de esta epidemia?

Para Ildefonso Hernández, ex director general de Salud Pública, es "sorprendente que ahora tengamos el estudio epidemiológico. ¿Cómo es posible que al principio fueran de forma indiscriminada al mercado de Hamburgo para tomar muestras de alimentos y no se dirigieran a esta empresa de cultivos biológicos de brotes germinados? Entiendo que la explicación está en la falta de coordinación entre los laboratorios federales y los centros epidemiológicos. Esa descoordinación es lo que ha llevado a dar un falso positivo".

Tanto él como otros especialistas españoles manifiestan su deseo de leer el estudio del que se ha hablado en la rueda de prensa. "Es fundamental saber si los datos están bien recogidos. Si las preguntas de las encuestas no estaban bien formuladas, pueden originar resultados y conclusiones erróneas. Ahora bien, si está bien hecho, un estudio epidemiológico no es manipulable", confirma Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona.

"Todavía no se ha publicado el diseño del estudio. En función de éste, los resultados serían más o menos fiables. Habría que ver qué población ha consumido los brotes germinados y cuántos no enfermos también los han comido", señala José Luis del Pozo, microbiólogo de la Clínica Universitaria de Navarra.

¿Se va a poder demostrar?

Estos expertos sostienen además que es fundamental la rapidez en estos casos a la hora de hacer las encuestas a los afectados y a personas de su entorno. "Cuanto más tiempo pase, más errores u olvidos habrá, porque con los días la gente olvida lo que come y es más difícil buscar la presencia de la bacteria en los alimentos", señala Trilla.

También coinciden los dos en que un buen estudio epidemiológico suele dar con las claves de los brotes alimentarios. "No es adecuado el ir buscando rápidamente ese germen en todos los sitios. Si hay una serie de casos [como las que ha habido], ya había pistas fiables para que hubieran hecho los análisis en ese sitio", afirma Hernández.

De ahí la importancia de ir cerrando el cerco de los análisis, porque con el paso del tiempo se pueden perder los alimentos que podrían dar con la clave. "Al inicio de los brotes es posible, pero ahora es más difícil identificar el microorganismo en la comida, que es lo único que puede dar la explicación causa-efecto", aclara Trilla.

Hernández señala que tanto a él "como a otros colegas nos ha extrañado mucho que las actuaciones se guiaran por mediciones microbiológicas y no por un estudio epidemiológico, para acotar la búsqueda. Además, nos preguntábamos todo el rato por qué señalaban el pepino y no otros alimentos presentes donde se estaban dando la mayoría de los casos".

Por su parte, Alfonso Carrascosa, Científico del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación CIAL-CSIC y experto en microbiología de los alimentos, sostiene que lo fundamental ahora es emitir un mensaje de tranquilidad: "si los brotes germinados se cocinan no hay riesgo de contagio, porque tanto la bacteria como la toxina son termolábiles y se destruirían al cocinarlos. Además, parece un foco localizado".

Científicos vs. políticos

Este microbiólogo considera fundamental que hayan salido a la palestra los científicos y no los políticos. "Si alguien con un prestigio consagrado, que trabaja en este prestigioso instituto, afirma algo así, a mí me basta. También creo que hay que decir que la labor de los investigadores ha sido buena, otra cosa ha sido la comunicación y la gestión de los políticos alemanes, que ha sido penosa".

"Depende de quién maneje la información, puede ser muy peligrosa. Es verdad que los políticos son más dados a tener y dar explicaciones para todo o a intentar buscar un culpable lo antes posible. Sin embargo, los científicos sabemos que a veces es imposible conocer la causa de una enfermedad", aclara del Pozo.

Para Antoni Trilla es importante tener prudencia sobre el tema. "Espero que estos datos no se vuelvan a desmentir en breve. Por otra parte, el hecho de haber identificado un alimento distribuido en Alemania cuadra bastante", argumenta este experto quien asegura que "hubiera sido deseable una mayor coordinación. Da la sensación de que mucha gente ha hablado por su cuenta".

¿Se acabó la investigación?

Una vez confirmado el hallazgo del foco de la infección, la investigación continúa. A partir de ahora, los estudios irán orientados a conocer cómo se ha producido esa contaminación, es decir, cómo ha llegado la bacteria al producto.

"Debemos saber si ha sido porque el 'E. coli' estuviera en la superficie de los brotes germinados o porque se hubiera producido una contaminación fecal por el agua con la que regaban esos cultivos", explica Carrascosa.

Otro paso más es el análisis clínico de los casos. "Habrá que ver cómo es la evolución de los pacientes, cómo han respondido a los tratamientos y en función de esto valorar cómo es la mejor forma de tratar la infección por esta cepa de 'E. coli'", señala Hernández.

Debido a que la bacteria vive en el intestino de los animales, es imposible erradicarla. Por este motivo, para del Pozo "lo fundamental, a partir de ahora, es llevar a cabo unas políticas de control e higiene en el cultivo y consumo de los alimentos".

Finalmente, tanto los políticos alemanes como los de otros países de la Unión Europea deberían analizar su respuesta. "Hay mucho que aprender en la comunicación pública. Hay una serie de conclusiones que nos deben enseñar a gestionar crisis en el ámbito comunitario europeo", sentencia este ex director general de Salud Pública.

elmundo.es

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