sábado, 23 de junio de 2012

Dos asilos de Barcelona, los primeros de Catalunya que libran a los ancianos de ataduras

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  • La Confederación Española de Organizaciones de Mayores entrega esta distinción a los geriátricos que no sujetan, ni físicamente ni con fármacos, a sus residentes

Salud | 21/06/2012 - 13:15h
Barcelona. (Efe).- La Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) ha entregado este jueves a dos geriátricos asistidos de Barcelona las primeras certificaciones de Centro Libre de Sujeciones que se conceden en Catalunya a residencias que no sujetan, ni físicamente ni con fármacos, a sus residentes.
El conseller de Bienestar Social y Familia, Josep Lluís Cleries, y el vicepresidente de CEOMA, Antoni Segura, han presidido la entrega de las certificaciones en la residencia Sanitas Residencial Bonaire, en el distrito de Horta-Guinardó, en el que viven 114 ancianos, muchos con demencias, cuidados por 70 empleados.
En esta residencia, que inició el trabajo para erradicar las sujeciones hace ocho meses, vivían 35 personas con demencia sometidas a contenciones físicas, que ahora se han liberado de estas ataduras gracias a los cambios introducidos, ha destacado el director del centro, Vicenç Badia.
En Catalunya, uno de cada tres ancianos con algún tipo de demencia vive permanentemente atado, a veces de manera innecesaria, en geriátricos asistidos, según un informe interno de la Generalitat, cuyos inspectores recomiendan a los centros aplicar otras medidas para ir eliminando las contenciones físicas y farmacológicas de los ancianos para mejorar sus condiciones de vida y su dignidad.
Según la CEOMA, España es el país con mayor uso de sujeciones en personas mayores y enfermos de Alzheimer del mundo, con una cifra que alcanzaba en 2010 al 39,6% de los internos en geriátricos asistidos, frente al 2,2% de Dinamarca, el 4,5% de Japón, el 8,5% de Islandia, el 15,2% de Suecia, el 16,6% de Italia o el 17,1% de Francia.
Por eso, la CEOMA ha impulsado el programa Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer, que denuncia, entre otras cosas, que el uso rutinario de sujeciones físicas en personas mayores causa úlceras por presión, infecciones, incontinencias, disminución de apetito, estreñimiento, pérdida de tono muscular, atrofia y debilidad, además de otros efectos psicológicos como miedo, pánico, vergüenza, ira, agresividad, depresión, aislamiento y apatía.
lavanguardia.com

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