martes, 10 de agosto de 2010

¿Sabes cómo evitar los golpes de calor?

Verano, calor extremo, sol... ¡protégete!

Lorena Míguez / Redacción Júbilo
¿Sabes cómo evitar los golpes de calor?
Verano, calor extremo, sol... ¡protégete!

Con la llegada de las altas temperaturas, la salud puede verse afectada por los efectos nocivos no sólo del calor sino también del sol. Presta atención a estos consejos prácticos y disfruta del verano... a salvo de los golpes de calor.

Para prevenir los efectos de las altísimas temperaturas que soportamos en verano es muy importante mantenerse hidratados.
A continuación te damos una serie de sugerencias para evitar los efectos de las altas temperaturas del verano: fuera de casa, en el coche,... Además, te damos unas ideas muy refrescantes para mantener una dieta sana en verano.

Cómo protegerse del calor fuera de casa
1.Procura estar en la sombra o tener zonas de sombra próximas.
2.Evita el ejercicio físico en el exterior en las horas centrales del día.
3.Si tienes que hacer actividades durante las horas de calor, no olvides descansar, protegerte del sol y refrescarte.
4.Lleva siempre gorra o sombrero y gafas de sol.
5.Intenta refrescarte de forma continua –toma una ducha o un baño, mójate la frente y la nuca con toallas empapadas...–.

Cómo protegerse del calor en casa
1.Permanece en las estancias más frescas.
2.Baja las persianas, toldos, cortinas... para que no entre el sol.
3.Abre las ventanas durante la noche para refrescar la casa.
4.Si utilizas ventiladores eléctricos, también debes abrir las ventanas; si pones en marcha el aire acondicionado cierra puertas y ventanas.
5.Permanece en los pisos bajos o en las habitaciones más frescas y alejadas de la luz del sol si no tienes acondicionadores de aire.

Cómo protegerse del calor en el coche
1.No dejes a nadie ni te quedes en el interior de un vehículo cerrado.
2.Utiliza el aire acondicionado. Si no tienes, abre las ventanas.
3.Presta atención a los cambios bruscos de temperatura al entrar y salir del vehículo tomando las precauciones necesarias.
4.Cuando hagas un viaje largo, descansa y refréscate; lleva siempre líquidos para hidratarte y evita los trayectos durante las horas de más sol.

Comer y beber en verano
1.Si cocinas tú, elabora platos ligeros que te ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor –que contengan frutas y verduras, como ensaladas, gazpachos, batidos o zumos)–.
2.Bebe líquidos refrescantes en abundancia (agua, infusiones frías, zumos...).
3.Evita las bebidas alcohólicas o que contengan cafeína.

Los zumos naturales de frutas aportan agua al organismo, además de vitaminas y antioxidantes, que protegen del sol y previenen el envejecimiento. Menús refrescantes
Aperitivo
Un zumo de tomate, de zanahoria... Te hidratará, además de aportarte antioxidantes y componentes como sodio, minerales y vitaminas A y C que te protegerán del sol. De vez en cuando, también puedes permitirte tomar una cerveza.

Primer plato
¿Qué te apetece más: gazpacho, puré o una vichyssoise –crema de puerros–? ¿Quizás prefieres una sopa fría o una ensalada de lechuga, tomate, espárragos...?

Segundo plato
Ten en cuenta que la opción dependerá del tipo de día: aquellos en los que vayas a realizar mucha actividad física puedes recurrir a platos de pasta o arroz. Si tomas carnes o pescados, cocínalos a la plancha o al horno y combínalos con una guarnición verde o ligera a base de vegetales.

Postre
Lo mejor para el verano son las frutas ricas en agua: sandía, melón, melocotones, ciruelas, piñas, albaricoques... Las alternativas a la fruta cruda son un sorbete natural –por ejemplo de limón–, un batido, una compota o una macedonia variada. Otras opciones dulces son el requesón, el arroz con leche o las natillas.

Si estás tomando medicamentos o tienes problemas de salud...
1.Acude a tu médico para prevenir posibles afectaciones por el calor.
2.Si te encuentras mal, sitúate en un sitio fresco y pide ayuda.
3.Presta atención a la medicación crónica: los tranquilizantes, diuréticos y otros fármacos pueden inducir a un cambio de pauta.
4.Usa ropa ligera, no apretada y de colores claros.
5.Protégete la cabeza, cara, orejas, sienes y parte posterior del cuello.
6.Utiliza calzado fresco, cómodo y que transpire.
7.Procura no exponerte a cambios bruscos de temperatura.
8.Permanece el máximo tiempo posible dentro de casa o en lugares públicos refrigerados y evita salir o hacer esfuerzos durante las horas centrales del día.

¿Cuáles son los síntomas de la insolación?
1.Aumento de la temperatura corporal, que puede ser de hasta 40ºC.
2.Piel caliente, enrojecida y seca –sin sudor–.
3.Dolores de cabeza, náuseas, somnolencia y sed intensa.
4.Confusión, convulsiones y pérdida de conciencia.

Tomar líquidos es la clave preventiva de la deshidratación, la insolación y los efectos del calor. ¿Sabes qué hacer ante un golpe de calor?
•Llama cuanto antes al 112.
•Bebe líquidos con frecuencia. No consumas alcohol y evita las bebidas con cafeína, demasiado azucaradas o excesivamente frías.
•Infórmate en tu Centro de Salud.
•Pide ayuda: si tienes más de 65 años y vives solo es importante que contacten contigo, al menos, dos veces al día. Si no tienes a nadie cerca y te notas indispuesto por el calor, avisa a un vecino o llama a los Servicios Sociales de tu ayuntamiento.
•Ayuda a los demás: infórmate del estado de salud de las personas vecinas que viven solas y ayúdales. Ponles en contacto con los Servicios Sociales de tu localidad. Si necesitas ayuda, llama al 012.
•Si debes cuidar de alguien afectado por un golpe de calor, mientras llega el servicio de urgencias, refréscale el cuerpo rápidamente con sábanas mojadas, abanicos o cualquier otro método. Mantén a la persona tendida y en una postura lo más fresca posible.

Es probable que estés deshidratado si...
1.Tienes sensación de sed y mareo.
2.La piel y las mucosas (nariz, garganta) están resecas.
3.Tienes la tensión arterial baja y el pulso alto.
4.Observas un nivel de orina escaso, con un aspecto concentrado y olor fuerte.

Contra la deshidratación... ¡diversión!
•Bebe de forma regular, como mínimo, dos litros diarios de agua aunque no tengas sed.
•Puedes ingerir agua directamente o mediante los alimentos. Algunos, como la leche o los zumos, pueden contener más del 90 por cierto de agua.
•Toma agua antes, durante y después de realizar ejercicio para rehidratar el organismo y reponer los minerales perdidos.
•Prepara refrescos caseros: infusiones, sorbetes, granizados, horchata, leche merengada, batidos... ¡Divertidos, frescos y muy nutritivos!

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