martes, 20 de enero de 2009

Caminar es bueno para las arterias obstruidas en las piernas.

MARTES, 13 de enero (HealthDay News/Dr. Tango) --

Quien desee pruebas de que un programa de caminatas planificadas es bueno para las personas que tienen un obstrucción de los vasos sanguíneos de las piernas conocido como enfermedad arterial periférica (EAP) deber revisar los resultados de un nuevo estudio patrocinado por el gobierno de EE. UU.

El estudio de 156 pacientes de EAP, muchos de los cuales no sufrían el dolor que constituye el síntoma clásico de obstrucción arterial, mostró que caminatas regulares de seis minutos en caminadoras mejoraban su resistencia y calidad de vida.
SI bien caminar es una recomendación estándar para las personas que padecen EAP, el estudio fue distinto de dos maneras, afirmó la autora líder del estudio, la Dra. Mary M. McDermott, profesora asociada de medicina de la Facultad de medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

"Todos los estudios anteriores se enfocaban en pacientes de claudicación intermitente, el síntoma de la EAP", apuntó McDermott. "Algunos de los pacientes de este estudio eran asintomáticos. Además, incluimos pruebas de la fuerza de las piernas. Este es el mayor ensayo que lo ha hecho".
Los hallazgos aparecen en la edición del 14 de enero de la revista Journal of the American Medical Association.

Durante los seis meses del estudio, los participantes que hicieron sus caminatas regulares de seis minutos en caminadora aumentaron su distancia de caminata en unos 69 pies (21 metros), mientras que los que no caminaron de forma regular experimentaron una reducción de 49 pies (15 metros).

Hay varios motivos del aumento en el rendimiento, aseguró Ronald Terjung, profesor de fisiología de la Universidad de Missouri, que ha realizado una serie de estudios en animales que evaluaban la ciencia básica de la EAP.

"Hay un potencial de una mayor extracción de oxígeno de la sangre bajo las condiciones de ejercicio máximo", dijo Terjung. "Los músculos pueden utilizar mejor el flujo sanguíneo y la liberación de oxígeno que proviene de éste".

Los estudios en animales también mostraron que tales ejercicios llevan a mejoras en la "circulación colateral", el crecimiento en el número de vasos sanguíneos que suplen a las piernas, aseguró Terjung. "Claramente hubo un aumento dramático en la circulación colateral en los estudios animales", dijo.

Reconoció que no se ha observado una mejor circulación colateral en muchos estudios humanos sobre la EAP, "pero puede ser muy difícil medir este tipo de flujo sanguíneo en los pacientes".
Cualquier que sea el motivo de mejora en el nuevo estudio, dijo McDermott, "los médicos deben instar a todos los pacientes de EAP, tengan síntomas o no, a participar en un programa supervisado de ejercicio regular".

McDermott señaló que un régimen recomendado es una caminata de cuarenta minutos tres veces a la semana durante al menos seis meses. Se puede caminar en una caminadora o en la acera, pero es mejor hacerlo con un entrenador disponible, aseguró.
"Se necesita un entrenador, porque si se tienen síntomas, se puede para y luego comenzar otra vez hasta alcanzar los cuarenta minutos", explicó.

Identificar la EAP puede ser difícil para la persona promedio. Un estudio reciente encontró que tres cuartas partes de los adultos estadounidenses saben poco o nada sobre la afección, que se calcula afecta a uno de cada 16 estadounidenses a partir de los 40.
Un dolor persistente en las piernas es una indicación de que se necesita ayuda, subrayó McDermott. Ante la ausencia de síntomas, los médicos puedan evaluar la EAP al medir la diferencia en la presión arterial entre un tobillo y un brazo, apuntó. MedlinePlus.

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